9 agosto, 2018
por Alejandro

El móvil en la playa: peligrosa combinación

telefono arena

No podemos vivir sin nuestros teléfonos. Sin ellos no podemos leer las noticias allá donde estemos, consultar el feed de Instagram o responder a ese Whatsapp tan importante. Sin embargo, hay determinados lugares que son peligrosos para nuestros dispositivos, y darles el uso que le damos habitualmente se puede convertir en un problema serio. El peor de estos lugares es, sin duda, la playa. Normalmente, cuando vamos a una, tenemos planeado pasar unas cuantas horas allí, y una de las decisiones que debemos plantearnos es si llevar el móvil o no. Vamos a analizar algunos de los riesgos que corremos.

En primer lugar hablaremos del que puede parecer más evidente, que no es otro que el agua. Las personas más despistadas deben tener cuidado de donde guardan el teléfono, pues no sería la primera vez que se olvidan de que lo han guardado en el bolsillo del pantalón antes de proceder a darse un refrescante chapuzón, en cuyo caso pueden ir despidiéndose del móvil, salvo que sea resistente al agua.

Pero no necesariamente se trata de un problema específico de olvido. En algunos casos, situaciones imprevistas pueden provocar que tu terminal móvil termine en el fondo del océano. Por ejemplo, puede ser muy bonito sacarse un selfie en la orilla del mar, pero corres el riesgo de que se te resbale, o de que una ola que no esperabas te derribe. Incluso sentados en la arena hay ciertos riesgos, puesto que en ocasiones la marea sube repentinamente y llega hasta donde estamos por sorpresa. Tener el teléfono sobre la toalla o en la parte de abajo de la mochila puede resultar fatal. Por otro lado, también puede haber problemas aunque el agua no toque el dispositivo. En este sentido no conviene olvidarse tampoco de la humedad, que puede provocar averías graves a causa de la corrosión.

mujer playa

En caso de mojado grave, es importante que quites la batería y lleves el móvil al servicio técnico lo más rápido posible. Algunos remedios caseros, como meterlo en arroz, puede funcionar en algunos casos, pero no hay ningún método 100% seguro.

Pero no solo el agua puede suponer un problema grave para nuestros terminales, puesto que también la arena es un gran enemigo a evitar. Y es que estos pequeños granos, además de rayar la pantalla con facilidad, se cuelan con gran sencillez por cualquier rendija, pudiendo provocar graves desperfectos. Uno de los más habituales y graves es que deje de funcionar el puerto de carga, y por lo tanto no podamos llenar la batería de nuevo.

Si ves que el teléfono se te ha llenado de arena por dentro, extrae la batería y agítalo un poco para que caigan los granos. Si tienes la posibilidad de usar una aspiradora pequeña, con accesorios que permitan llegar a los rincones más delicados también es conveniente usarla, así como un spray de aire comprimido. En cualquier caso, en caso de duda o miedo, lo mejor es llevarlo a un servicio técnico.

El calor tampoco es nada recomendable. Aunque muchos de los teléfonos actuales disponen de sistemas de seguridad para caso de sobrecalentamiento, la vida útil de la batería podría quedar notablemente reducida si se está expuesto a mucho calor. Además, un contacto directo e intenso de la pantalla con el sol puede provocar fallos en la misma, como manchas o píxeles muertos.

Como puedes comprobar, son muchos los riesgos a los que te expones si llevas tu terminal móvil a la playa. No es casualidad que cerca del 40% de averías se produzcan en verano, según esta noticia de El Norte de Castilla. Así que tienes dos opciones: o lo proteges bien o lo dejas en casa. Tampoco es tan grave desconectar unas horas de la vorágine de las redes sociales y demás, ¿no crees?